dimanche 8 février 2015

El adentro y el afuera (David Altmejd)

28 de enero de 2015, por Lunettes Rouges


(original en francés, aquí)



David Altmejd, abcdefghijklmnopqrstuvwxyz, 2013, 279x131x76cm, foto. Kurt



Seamos francos, hace algunos meses pocos habíamos oído hablar de David Altmejd. Habíamos visto de pronto una escultura un un puesto de feria, a menudo errores de ortografía en su apellido difícil, y sin embargo el visitante atento (en Francia) de Chamarande, del Magasin, de los Abattoirs y de, Mas de Azil, y, ya en 2005 de la Fundación Dosne, sin hablar del pabellón canadiense de Venecia 2007, había podido ver algunas de sus esculturas. La exposición en el MAMVP (Museo de Arte Moderno de la Ciudad de París), que cierra en estos días, el 1 de febrero, fue la ocasión para descubrir realmente su obra, en la que en pocas palabras, podemos distinguir, tres categorías (que no dejan, sin embargo de penetrarse mutuamente) : grandes estatuas, cabezas y edificios en cajas de plexiglas.



David Altmejd, Flux, vista de la exposición, MAMVP, 2015



Las que primero impresionan mucho son las estatuas de gigantes, en línea, como en una parada frente a espejos rotos : seres híbridos, de piel a veces velluda, a veces como de cera o resina, de manos invasivas, de cuerpo ahuecado, de excrecencias cristalinas. Adentro y afuera se confunden, animal, y mineral se conjugan.



David Altmejd, Untitled 8 (Bodybuilders), 2013, detalle (188x62x58cm), foto. Kurt Deruyter



Varias de esas estatuas están cubiertas de manos, de manos que se juntan, de manos que se esculpen, de manos que sacan la materia, la desplazan, la hacen subir, como una auto escultura haciéndose, a la vez proceso y producto : Culturistas. Naturalmente pensamos en Rodin.



David Altmejd, Flux, MAMVP, vista de la exposición , 2015, foto. Marc Lenot



Y las manos surgieron, se juntaron a la pared en donde cavaron su ranura, rompiendo, tratando de ahuecar, déjando su huella. Y, sabiendo de donde viene la familia de David Altmejd, no puedo dejar de pensar en las huellas que dejaron las uñas de los deportados en las paredes de las cámaras de gas (que hace poco mostramos aquí).



David Altmejd, Sarah Altmjed, 2003, 41x18x18cm, ph. Lance Brewer



Sacar materia, es lo que hace Altmejd en la primera escultura de la exposición, el "retrato" de su hermana Sarah : en lugar del rostro un hueco negro, un vacío inmenso, rodeada de cristales (no de sangre, de cristales). Más que un "gueule cassée",  avatar guerrero o infeccioso, es una negación de la piel, frontera entre el adentro y el afuera, una apropiación, intento de posesión, de fusión casi incestuosa, "combinación de mi padre y de mi madre para hacer el objeto más intenso del universo", dice, "era yo a través de mi hermana".




David Altmjed, Untitled, foto. Marc Lenot



Encastrado horizontalmente sobre una mesita, esta otra cara cuyo hueco es tan profundo que atraviesa el cráneo y se sumerge en profundidades insondables: tenemos realmente ganas de ir a allí ? Yo no se bien lo que significa "trabajar en contacto directo con el flujo psíquico", pero sé que un enfoque psicoanalítico de su obra aclararía ( y el -muy bonito- catálogo sólo se acerca muy indirectamente, incluso si François Michaud, el comisario, empieza su entrevista con el artista preguntándole sobre el ensueño).



David Altmejd, The Flux and the Puddle, 2014, detalle (328x640x714cm, ph. James Ewing



Después de la violencia, las primeras estructuras de plexiglas son más tranquilas, más frías, como si fueran dibujos en tres dimensiones, tejidos de hilos bien simétricos y, demasiado cartesianas, son algo decepcionantes; pero algunas están como contaminadas por elementos más esculturales, aquí un hombre-lobo, allí una cabeza. Y para terminar, la más grande, The Flux and The Puddle, es una buena síntesis de toda la exposición  : es imposible verla entera, y cada punto de vista propone una nueva visión. Es un taller mental del artista (quien la construyo desde el interior en su taller), como (sugiere el sorprendente Robert Vifian en su catálogo) una maleta dadaísta gigante, un sistema cosmológico que incluye sus obras anteriores.



David Altmejd, The Flux and the Puddle, 2014, detalle



Ese caos organizado desborda por todas partes, fluidos que se escapan (con un charco pegado al suelo, de ahí "puddle"), personajes (de los cuales, por primera vez una estatua femenina, cara vacía y vestido azul) se confrontan y a veces se recortan como una ilusión inmóvil de movimiento cronofotográfico. Es una construcción enciclopédica, un cerebro de artista, como una invites is del cerebro vacío del principio. Se queda uno largo rato dandole vueltas a esta pieza, otra confusión entre adentro y afuera, que condensa, sola, toda la energía de la exposición.


Todas las fotos © David Altmejd; fotos 1, 3, 5 & 7 cortesía de MAMVP y galería Andrea Rosen, NYC; fotos 4 & 6 del autor.

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