mercredi 30 juillet 2014

Los flotamientos de Manuela Marques

30 de julio de 2014 por Lunettes Rouges

Los flotamientos de Manuela Marques

(Artículo original en francés aquí)

Manuela Marques, mano, 2014

Qué lástima que la exposición de Manuela Marques en la Fundación Gulbenkian, se haya terminado ya hace algunos días, de modo que escribo demasiado tarde para que se animen a ir. Es una pena pues, sin ir más allá de su título abstruso y desconcertante, "el tamaño de ese viento es un triángulo en el agua" (sacado de la poesía de Fiama Hasse Pais Brandão), la exposición fue precisamente, una bonita ocasión de desconcierto, de flotación, de cuestionamiento ante la imagen.


Manuela Marques, marcha (2), 2014

Posiblemente había que ignorar los títulos únicamente descriptivos (manos, piedras, frutas...) que salvo en raras ocasiones, no hacían sino anunciar lo que estábamos viendo. Posiblemente había que enfrentarse a esas imágenes grandes, de colores, que mostraban objetos triviales, un escalón de madera, bolsas de plástico amarradas a un árbol, reflejos, temas insignificantes pero a los que la fotografía parecía otorgar una nueva esencia, entre ilusión, confusión y misterio.


Manuela Marques, espejo (2), 2014

Nos ubicaba entre la realidad y su representación, o mejor, más allá de la representación. La mirada podía perderse en un juego de espejos, o fijarse en una sencilla flor o una burbuja de jabón.


Manuela Marques, El tamaño de ese viento es un triángulo en el agua, 2014, vídeo, captura de pantalla.

El video que le da su nombre a la exposición, proyectada en el techo, hubiera debido verse medio dormido, flotando, sobre un colchón tirado en el suelo (como aquí); pero la dureza del banco en el que uno se sentaba para verla disponía la mirada hacia variaciones acuáticas, reflejos indecisos, y el tormentoso ruido del viento. Exposición de cosas sencillas, de poesía, un intermedio. Lean también esta entrevista de la artista.   


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mercredi 16 juillet 2014

El romantismo conceptual de Charbel-joseph H. Boutros

16 de julio de  2014, por Lunettes Rouges

El romantismo conceptual de Charbel-joseph H. Boutros

(Artículo original en francés aquí)

Charbel-joseph H. Boutros, Mon Amour, 2012

Tiene un nombre increíble ( y no vayan a añadirle una mayúscula de más ) y una apariencia de artista maldito del siglo XIX. Expone en uno de los módulos del Palacio de Tokyo (hasta el 7 de septiembre). Juega con conceptos, actos, ausencias-presencias. Construye obras lógicamente absurdas (un centímetro cúbico de noche oscura encerrado en un bloque de mármol, un vaso con una mezcla de 28 aguas minerales procedentes de todos los países de la Unión Europea, un montón de azúcar y sal, un recibo de caja acróstico que deletrea Mi Amor, televisores que muestran la mezcla de dos aires "nacionales" en una frontera internacional, etc.) y nos invita a descubrir con alegría y credulidad, entrando en su clasificación (obras de noche, de día, de agua...).

Charbel-joseph H. Boutros, Dream Salt

Todo esta impregnado de ingenuidad melancólica, de una poesía que nos desarma, de un humor colegial. Charbel-joseph H. Boutros es hijo de Marcel Duchamp y Alphonse Allais que no creería realmente ni buscaría deslumbrarnos, únicamente hacernos sonreír, y quizás después, hacernos pensar un poco. Sí, un pícaro chico de tres años haría lo mismo, y es lo que le da encanto a esta obra, si queremos creer en los cuentos de artista...


Segunda foto del autor.

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mardi 15 juillet 2014

Lo borrado como huella (Jean-Marc Cerino)

15 de julio de 2014
 
Lo borrado como huella (Jean-Marc Cerino)

(Artículo original en francés aquí)

Jean-Marc Cerino, Vuelco (cuerpos de Mussolini y de Clara Petacci colgados por los pies), 2013, detalle, óleo sobre vidrio, aceite radiante y bomba de pintura sintética bajo vidrio

El museo de Dôle muestra actualmente (hasta el 21 de septiembre) la obra de Jean-Marc Cerino sobre quien escribí durante su exposición parisina de 2013. Tengo la tentación de volver a escribir prácticamente cada palabra de lo que escribí entonces, sobre la imposibilidad de la indiferencia y la dificultad de ver, sobre su habilidad para hacer desaparecer las imágenes e imponer un esfuerzo para verlas y también sobre la omnipresencia en su obra de la guerra, las ruinas, la violencia, la muerte, los desastres en este reino de la oscuridad. Una de las imágenes más duras de esta exposición es una pintura sobre y bajo vidrio según una variación de su técnica usual con aceite radiante llamada Vuelco (en francés Renversement) : se trata de la reproducción al revés de una fotografía muy poco conocida (se conoce esa) que muestra los cadáveres de Mussolini y de su amante Clara Petacci después de que fueran fusilados cerca del lago de Como por los partisanos comunistas; sus cuerpos y los de otros dignatarios fascistas fueron transportados a Milán, entregados a la multitud y luego colgados por los pies en la balaustrada de un gasolinera. El vuelco al que Cerino somete esta imagen transforma esta escena horrible en un arranque casi angélico que niega el horror; la cara de Clara Petacci (menos estropeada por las balas y los golpes que el Duce) parece tranquila, casi amable, y creeríamos que su mano izquierda esboza un saludo. De la pintura en vidrio nace una sensación de irrealidad mágica, como si transformara el cadáver en muñeca, un bondadoso querubín. El vuelco es total. 


Jean-Marc Cerino, Revolucionarios de la Comuna fusilados, mayo de 1871, André Adolphe Eugène Disderi, 2012, óleo sobre vidrio, bomba de pintura sintética bajo vidrio, 96.6x134.4cm

También están muertos esos Comuneros, de una fotografía de Disdéri (o atribuida a él según Koetzle), bien alineados en sus ataúdes numerados pero anónimos : horror de la represión, instrumentalización de los cadáveres. La pintura les da un aspecto más escultural que la fotografía y evoca las estatuas de las tumbas medievales, pero la separación del cuadro en dos campos, uno claro y el otro negro, hace pensar ante todo en un cambio positivo-negativo y les da una dimensión, no menos trágica sino en todo caso más inmaterial e intemporal. Como si uno pudiera tocar la muerte a través de la imagen. Como una transfiguración


Jean-Marc Cerino, Vista desde la ventana, Niépce, 1827, 2013, óleo sobre vidrio, negro de humo y bomba de pintura sintética bajo vidrio, 94.2x132.2cm

Yendo más atrás hacia las fuentes de la fotografía, Cerino, toma la primera imagen fotográfica, imagen emblemática, mítica y plásticamente absurda (como la exposición duró ocho horas, el sol pasó de un lado al otro y las sombras se superponen). Al pintarla de nuevo la vuelve, primero, visible (ya que la fotografía no lo es sino con mucha dificultad y en momentos bien precisos), ante todo la transforma, se la apropia y revela otra verdad para recordar, como si su complejo procedimiento pictórico hiciera eco con los vanos intentos realizados durante mucho tiempo y al fin coronados con éxito hacia 1826/1827 al fijar la imagen fotográfica.


Jean-Marc Cerino, Figuras de fragilidad, 2007-2008, detalle

Más lejos, unas veinte pinturas alineadas en una repisa : rostros dibujados con trazos sencillos como si fueran retratos hablados. Se trata de autorretratos de reclusos con quienes Jean-Marc Cerino trabajó en un taller en la cárcel, y que pasó y volvió a pintar en las placas de vidrio; pero algunos de los cuadros son tan negros que es casi imposible verlos de frente (aquí, por falta de foto, vista procedente de otra exposición, en versión clara). Hay que situarse de lado no mirarlos de frente, tontamente, como cada cual lo hace, hay que encontrar el ángulo de vista apropiado y consagrar la atención necesaria para que los rostros de esos hombres aparezcan, y posiblemente también su esencia. Esa necesidad de una mirada ajustada, de una posición descentrada, anormal, para percibir mejor a esos hombres fuera de lo común, no es una lección que aprender de esta serie que se llama precisamente Figuras de fragilidad?

Jean-Marc Cerino, Malevitch en su cama de enfermo, hacia 1934, 2011, óleo sobre vidrio, bomba de pintura gliceroftalica bajo vidrio, 33.5x36cm

Le exposición tiene también tres Racontés (Contados), retratos de escritores o de filósofos amigos "frutos de una incansable aplicación de pintura blanca capa sobre capa, de donde emerge la cara fantasmal del pensador, nos hace navegar entre utopía y realismo, entre sueños y realidad": 
Jean-Christophe Bailly, François Michaud y Gerard Conio. Cada uno acompaña con un texto y es acompañado de una obra de arte, respectivamente Sigismondo Malatesta rezándole a Sigismondo de Piero de la Francesca, Pierrot/Gilles de Watteau, y el Cuadro blanco sobre fondo blanco de Malevitch (este último muy presente en la obra de Cerino : vistas de la exposición, sus funerales y aquí abajo en su lecho de agonía).

Jean-Marc Cerino, Letreros de señalización en el frente ruso (face 1), 2013, óleo sobre vidrio y bomba de pintura sintética bajo vidrio, 104.6x151.8cm

Dos imágenes de esta exposición son como enigmas, o en todo caso de puertas abiertas. Abajo, esta abundancia de letreros indicadores que vuelven imposible cualquier orientación. Arriba, en una esquina de una representación de una prueba atómica submarina en 1946 en la bahía de San Diego*, un hombrecito contemplando el mar y el champiñón atómico, impermeable al peligro : es él quien acaba de oprimir el detonador? O es el fotógrafo testigo ? Dos pistas de reflexión que nos ofrece el artista, me parece... 


Jean-Marc Cerino, Prueba atómica submarina, bahía de San Diego hacia 1946, 2011, detalle, óleo sobre vidrio, bomba de pintura gliceroftalica bajo vidrio

Siguiendo los pasos de James Elkins algo me he interesado por las fotografías de las explosiones atómicas de Harold Edgerton y no logro situar esta fotografía : según las listas oficiales, en 1946, el 24 de julio, tuvo lugar la primera explosión submarina, pero en el atolón de Bikini; la segunda explosión submarina tuvo lugar a 800 km de San Diego pero en 1955. Detalle...


El título de este artículo es el del ensayo de Jean-Christophe Bailly en el catálogo.


Anónimo praguense (anteriormente atribuido a Jean de Bellange), Judith y su sirvienta, principios siglo XVII, óleo sobre lienzo, 114x104cm
En las colecciones del museo, el extraño cuadro que muestra a Judith vistiéndose de prostituta seductora antes de seducir a Holofernes (escena rara vez representada) ya no se le atribuye a Jean de Bellange sino a un anónimo de Praga de principios de siglo XVII.
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lundi 14 juillet 2014

Bosnian Girl

14 de julio por Lunettes Rouges
Bosnian Girl
(Artículo original en francés aquí)
Sejla Kameric (con Tarik Samarah), Bosnian girl, 2003, póster
El año pasado había hecho un retrato de Pierre Courtin, de la galería Duplex 100m2, descubridor de arte en Sarajevo. Su asociación con agnès b. (galerie du jour) le permite presentar en París (hasta el 26 de julio) un panorama muy (demasiado?) amplio de veinte artistas bosnios bajo el título "Memory Lane". Se trata de memoria, por supuesto, es un país en el cual la historia pasada sigue muy presente, de 1914 a Dayton, y es también un sendero, un camino que une a la gente, las casas, las comunidades. Se pasa del modo trágico al irónico en un abrir y cerrar de ojos y a menudo al ironía es trágica : la imagen aquí arriba, de esta hermosa bosnia (foto de Tarik Samarah, conocido por su obra sobre Šrebenica) que representa a la artista Sejla Kameric*, lleva un grafiti que encontraron en un cuartel de soldados holandeses de la ONU, losque dejaron que se hiciera la masacre de Šbrenica hace exactamente 19 años. Usted puede llevarse un afiche que pegará en su sala si es capaz de la misma resiliencia y del mismo humor trágico que los bonios. Esta foto fue colgada en las paredes de diferentes ciudades, y me parece bastante emblemática de Bosnia. Kameric muestra también una alfombra larga y roja hecha con trapos, quizás la alegoría de la tejedora y de la sangre de las víctimas. 
Gordana Andelic-Galic, Mantra, 2006, vidéo, 5m12s
Ironía también, el intento inútil de Gordana Andelic-Galic al querer cargar en sus brazos las 22 banderas de los países que han ocupado Bosnia-Herzegovina durante la historia. Caminando por una ruta al son del himno nacional, se los va cargando poco a poco, tropieza, se le caen y finalmente abandona antes de poder agarrar la bandera del país actual. De manera muy sencilla y alegórica se imponen el peso del pasado y la dificultad de ir hacia adelante.
Alma Suljevic, Minka, 2008, joyero, mina
Más ironía trágica, Alma Suljevic presenta minas anti persona en joyeros de cristal, como un ready-made mortal, se desplaza la guerra al espacio silencioso y lujoso de la galería; además Minka (mina) es también un nombre femenino, lo que refuerza esa dimensión irreal creando una extraña ambigüedad entre amor y muerte. Siguiendo con la ironía, soldados de plástico de Jusuf Hadzifejzovic (creador también del maravilloso Charlama Depot) atacan un piano.
Radenko Milak, 02 de abril de1992, Bijelijna, Bosnie et Herzegovine, 2008-2010, 24 pinturas al óleo, 40x60cm cada una
También vemos aquí a otros artistas de los que ya había hablado : los vídeos "una historia corta" y "Spectre" de Ibro Hasanovic; los retratos dañados, rotos, manchados de Tito por Milomir Kovacevic; la pintura repetitiva de fotografías llamativas de la guerra por Radenko Milak que reproduce una y otra vez hasta el agotamiento, agotamiento de la pintura, agotamiento de la historia (aquí a partir de la fotografía de Ron Haviv que muestra a un miliciano serbio dándole una paliza a puntapiés a una mujer bosnia tirada en el suelo); el video "Como desean ustedes que los gobiernen?" De Maja Bajevic; y la obra absorbente, íntima, personal y de duelo de Adela Jušic sobre "Mi padre el francotirador".
Lana Cmajcanin, Bosnie et Herzegovine - hechura y costura, 2011, instalación, vista de la  exposición 
Terminaré por la obra, de Lana Cmajcanin, más abstracta, y que sigue tomando la misma distancia humorística, que invita al visitante a que recorte y cosa el mapa de Bosnia-Herzegovina, con sus repúblicas, cantones, regiones, condados, municipalidades; toda esa insensatez administrativa, que fue indudablemente la única posible en Dayton, que hoy pesa sobre el país y que habrá que volver a inventar. Pero cómo? Empecemos con las tijeras, el hilo y una aguja. Puede que sea ese el mensaje de esperanza de esta exposición. 

* Lo siento pero no se pudieron reproducir correctamente ciertos signos diacríticos.

Fotos 1, 2 & 4 cortesía de la galería; fotos 3 & 5 del autor.

dimanche 13 juillet 2014

Futuro Inmediato

13 de julio de 2014 por Lunettes Rouges

Próximo Futuro

(Artículo original en francés aquí)
Wim Botha, Solipsis VII, 2013

La Fundación Gulbenkian es un protagonista de la escena artística de Lisboa, y tiene facetas múltiples además de sus colecciones de arte clásico, oriental o decorativo. Una de ellas es el programa Próximo Futuro, enfocado hacia el arte contemporáneo de África y América Latina (y de Europa), con conferencias, instalaciones y películas. La exposición actual (hasta el 7 de septiembre) tiene un título equivoco : "Artistas comprometidos? Quizás". Uno se espera una reflexión más bien política y social, interrogantes sobre el análisis que hace el artista sobre su compromiso. En algunas obras indudablemente la problemática está presente, en otras es más difícil de identificar por su segundo sentido : como dice el comisario de la exposición Antonio Pinto Ribeiro, la política no debe ser el patrocinador sino el tema. Es ello posiblemente lo que debió de guiar mis preferencias, entre las obras presentadas, en especial hacia las películas.

Bouchra Khalili, Garden Conversation, 2014


En enero de 1959, en los jardines de la embajada de Marruecos en Egypto, a través del primer ministro marroquí, el socialista Addallah Ibrahim, se encontraron Ernesto Che Guevara (iba de camino a Gaza) y el rifeño Abdelkrim Al Khattabi (refugiado en El Cairo desde 1947), dos iconos del anticolonialismo. Qué se dijeron?  Bouchra Khalili, adepto de hacer surgir la historia en momentos inesperados, ha querido recrear esa Garden Conversation haciendo actuar (de manera muy rígida) a un joven y a una joven árabes, en Melilla, el enclave español que está cercado por alambres de púas en ese mismo Rif, ciudad en donde Abdelkrim fue cadí durante un tiempo y en donde empezó a oponerse a la colonización española - alli empezó también el sublevamiento franquista-  y que hoy, más allá de lo que es el enclave, lo conocemos sobretodo por sus migrantes subsaharianos que quieren alcanzar Europa. La cámara se demora por los bosques en donde duermen, por los senderos que toman, las cercas de seguridad que intentan pasar arriesgando sus vidas, todo eso sin mostrarlos nunca. Estamos ante esa conversación a solas con esos dos jóvenes que, filmados de perfil, inmóviles, recitan sus textos con gravedad y sin amaneramiento. Qué texto? Un invento de lo que hubiera podido ser esa conversación, a partir de los escritos y de los discursos de los dos protagonistas : en tres partes (Hipótesis, Método y Nación), pensamientos sobre la lucha y la resistencia. Es también un diálogo imposible : Khalili adepto de los cruces lingüísticos hace que sus dos actores dialoguen en dos versiones dialectales de árabe muy diferentes, el hombre (Khattabi) en marroquí y la mujer (Guevara) en Irakí. Es quizás la obra de la exposición que se acerca más a ese mítico futuro inmediato (o venidero).

Berna Reale, Ordinario, 2013

Más comprometidas, más brutales son las instalaciones filmadas de la artista brasileña Berna Reale (que es también criminóloga), que hablan de poder, de violencia y de víctimas. En Ordinário, recolecta huesos humanos de desaparecidos y los transporta en un carro mula (como esos que se usaban en los campos de batalla para cargar a los muertos) a través de las calles desbaratadas de la ciudad brasileña de Belém do Pará, totalmente vestida de negro, trágico ángel de la muerte. En Palomo, montada en un animal rojo, uniformada de policía con visera/bozal patrulla las calles del centro de la ciudad, y en Soledade, conductora en sastre chic llevando una cuadriga con cerdos por las calles de un barrio famoso por su mercado de la droga. Esos rituales aparentemente absurdos hacen que la ironía surja del caos, poesía trágica de la violencia. Es un nombre para tener en cuenta.

Simon Gush, Sunday Light, 2013

El sudafricano Simon Gush filma los domingos de Johannesburgo cuando los edificios de oficinas están vacíos, cuando, ya que todo está regulado por el trabajo, el tiempo se dilata, la inactividad se instala, en las calles desiertas se ven apenas algunos pasantes desplazados. Es un bonito poema urbano en blanco y negro que se termina con una secuencia de cuatro hombres con sus cascos acostados sobre un techo de vidrio, simulando dormir, aunque trabajan el domingo, día en que no molestan a los ocupantes del edificio. Una reflexión sobre el tiempo social, claro, pero sobretodo la película de un enamorado de esta ciudad, que sabe perfectamente volver su atmósfera extraña. Y para no hablar únicamente de películas, me gustó la escultura alada de Win Botha, como un Ícaro estrellado contra el suelo, instalación con palos, neones y plumas, liviana, flotante, transitoria (arriba).


En el catálogo, entre a otros, un texto interesante de Carolina Ariza sobre el vagar urbano, de Baudelaire y Benjamín a los artistas contemporáneos sudamericanos, un tema que, entre Debord y Tichý, me ha interesado bastante.


  Llamado a candidatos : a alguien (voluntario) le gustaría traducir mi blog al portugués ? Voy a estar en Portugal por lo cual escribiré a menudo sobre las exposiciones en Lisboa, y, según el modelo de las traducciones del blog al inglés y al español, apreciaría si alguien estuviera interesado. Contactarme en lenot.marc@gmail.com.  Gracias. 
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jeudi 10 juillet 2014

Vagando y fotografiando por Lisboa

10 de julio de 2014 por Lunettes Rouges

Vagando y fotografiando por Lisboa

(Artículo original en francés aquí)

Leticia Ramos, Meteorito, 2014
De los tres fotógrafos presentes (hasta el 7 de septiembre) para el Premio BES 2014* dentro de la (magnífica) colección Berardo en Belém, podemos ver muy rápido la obra de José Pedro Cortes que muestra soldados israelíes en calzoncillos (es mucho mejor que apuntando hacia uno con una ametralladora) y algunas zonas de las afueras sin gran interés. La brasileña Leticia Ramos, premiada con el Prix, trabaja sobre la escala y la (in) visibilidad : resalta imágenes sacadas de un microfilm, sus meteoritos son esculturas mínimas, sus paisajes dibujos abstractos, la realidad parece flotar, inalcanzable. En una de sus películas, un paisaje submarino y polar no se descubre sino a través de las luces de un pequeño sumergible : impresión de irreal, de extremo, un juego de luz fascinante. 

Delio Jasse, vista de la exposición, BES Foto 2014, CCBelem
Pero el que yo prefiero es el angoleño Délio Jasse, que mostraba puestos en el suelo unos recipientes en donde flotaban en el agua, algunas veces coloreada, superposiciones de fotografías, retrato y paisaje urbano, marcadas con un sello oficial de inmigración. Para él que durante un tiempo estuvo indocumentado en Lisboa, el sello oficial es un icono, o en todo caso un símbolo de la sociedad contemporánea clasificadora y excluyente. Y esas imágenes flotando por el suelo hablan de memoria, quizás de duelo, de nostalgia, y su estado interroga también la esencia misma de la fotografía y su proceso de creación. 


Delio Jasse, série Ausencia Permanente, 2014

Josse trabaja mucho sobre la arqueología fotográfica, para volver a descubrir procedimientos  antiguos, sobre la superposición de la memoria y la amplificación del archivo documental. Él tiene al mismo tiempo (hasta el 13 de septiembre) una exposición en la galería de Andrea Baginski en un barrio lejos del centro de la capital pero "trendy", con, entre otros, cianotipos de Luanda, de sus mutaciones arquitecturales y del flujo de pasantes por la ciudad : un trabajo de montaje, de yuxtaposición, de conexión. Quedamos pendientes. 

Vista de la exposición Delio Jasse, galería Baginski

En un rincón de la misma galería, la sombra de manos y brazos de Peter Schlemihl, enrollada en el suelo por la joven artista Lúcia Prancha (aquí abajo). No muy lejos, en la galería Múrias Centeno (hasta el 26 de julio), las superficies negras de Diogo Pimentão ( descubierto en donde Yvon Lambert). Un poco más allá (hasta el 13 de septiembre), el gran fotógrafo João Penalva en la galería Filomena Soares, con, en especial, sus fotografías de suelos, de andenes, de adoquines a escala 1. Son algunos de los descubrimientos durante mi vagar por las calles de Lisboa... 

Vista de la exposición Lucia Prancha, galería Baginski


Premio esencial que en el pasado recibieron Helena Almeida y Manuela Marques, y por el cual prácticamente todos los fotógrafos de calidad de habla portuguesa fueron (o serán) seleccionados, entre ellos Rosângela Rennó.

Fotografías de las exposiciones por el autor.


  Llamado a candidatos : a alguien (voluntario) le gustaría traducir mi blog al portugués ? Voy a estar en Portugal por lo cual escribiré a menudo sobre las exposiciones en Lisboa, y, según el modelo de las traducciones del blog al inglés y al español, apreciaría si alguien estuviera interesado. Contactarme a lenot.marc@gmail.com.  Gracias. 

mercredi 9 juillet 2014

Ocupar el palacio del Marqués

9 de julio de 2014 por Lunettes Rouges

Ocupar el palacio del Marqués 

(Artículo original en francés aquí)

Susana Anagua, Desvio, 2014

Mostrar arte contemporáneo en lugares que, sin ser realmente ruinas, están en mal estado, decrépitos pero cargados de historia es cosa delicada, a veces impropia (algunas veces fue el caso en el Palacio de Tokyo) y a veces mágica (recuerdo una exposición sobria y violenta de Teresa Margolles en un palacio veneciano). El Palacio Pombal, lugar de nacimiento del ilustre estadista portugués, no tiene buena pinta visto desde afuera, pero, además del jardín tan decrépito como el palacio, y adornado con algunos pavos (habrá alguna colusión lisboeta entre pavos y arte?), tiene tres pisos de salas que dejan adivinar que fueron magníficas : decorado rococó, techos adornados, paredes de azulejos, chimeneas de mármol... Y todo deshaciéndose por los efectos conjugados del tiempo, la humedad y la negligencia. Los pisos de madera torcidos, la pintura descascarada. Que arte puede resistir ante tal decorado? Como en un búnker o en una cárcel, el Palacio fantasma en las antípodas del White Cube, aplastaría obras demasiado descriptivas, inconsistentes.


Susana Anagua, Desvio, 2014

La inteligencia del centro de arte Carpe Diem, a quien confiaron el palacio, fue la de haber privilegiado para la exposición en curso (hasta el 26 de julio), a artistas que ocuparon, literalmente, el lugar y cuyas obras parece que fusionaran con la arquitectura del palacio. En primer lugar, para mi, Susana Anágua, que literalmente, esculpió la luz en las piezas principales del primer piso : un sencillo juego de hilos blancos que va de sillas destartaladas a ventanas desvencijadas, siguiendo la luz que atraviesa de la calle al jardín y del jardín a la calle, recrear un espacio animado que el visitante debe tratar, rodear, saltarse a veces, para que tome conciencia del espacio que lo rodea y de la manera como su cuerpo se ubica. Su cómplice Ana Joao Romana completa y amplifica ese trabajo a través de una cartografía acuática e indiciadora.

Edgar Pires, Sem Titulo / Sala Branca, 2014

Otra obra que se integra magníficamente en este espacio es la triple escultura de laminillas de vidrio de Edgar Pires que, casi invisible en uno de los salones ceremoniales del palacio, filtra y difracta la luz, como una pausa discreta, efímera, que se olvida enseguida pero que queda inscrita en nuestras memorias. Las fotografías flotantes, entre dos mundos, de Tito Mouraz, los muy discretos juegos de materiales de Dalila Gonçalves, y el suelo de polvo de grafito de Carla Chaim (más abajo) participan con el mismo espíritu : una modificación ínfima del entorno que, sin letrero, quizás ni siquiera veríamos pero que introducen una tensión en la mirada y una vibración del espacio, misteriosa y casi sensual. 

André Banha, ST, 201

Para terminar, antes de entrar en el jardín, en una de las piezas de servicio, posiblemente una antigua despensa, la excrecencia monstruosa de André Banha, expulsión de azulejos de porcelana como vomitados por la pared (me gusta imaginarme, desde el pasaplatos hacia el piso de ceremonias), enorme, grotesca, inútil, cortando el espacio e impidiendo el paso. Me pareció que podría ser una evocación de las relaciones entre aristócratas y domésticos, del poder de los unos y de la revuelta impotente de los otros; yo no sé, pero es una instalación que no deja indiferente. 


Carla Chaim, _Norte_, 2014
Sólo me queda esperar con impaciencia la próxima exposición en septiembre, para ver si Carpe Diem sabe hacer perdurar esta inteligencia innata para ocupar el espacio, o si ese día sólo tuve una suerte encantadora. 

Le agradezco a Audrey L. el haberme indicado ese mágico lugar.

Todas las fotos son cortesía de Carpe Diem Arte y Pesquisa.

 
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mardi 8 juillet 2014

Artur Pastor, cierta nostalgia rural

8 de julio de 2014

Artur Pastor, cierta nostalgia rural

(Artículo original en francés aquí)


Es un mundo pasado el que representan las fotografías de Artur Pastor (1922-1999; en tres exposiciones en Lisboa, en el Museo de la Ciudad*, en los Archivos Municipales y - no la vi a causa de los horarios fluctuantes- en una tienda de fotografía, hasta el 31 de agosto), un mundo de campesinos y pescadores antes de la modernidad, en los años 50 del Portugal salazarista (y el énfasis sobre esos valores tradicionales, amenazados por la modernidad, estaba en harmonía con el Estado Novo y en nuestro país evocaría irrevocablemente el Estado Francés y la tierra "que, ella, no miente", pero puede que me esté avanzando demasiado). 


En todo caso esas dos bellas exposiciones, principalmente con revelados de la época y que llenan el corazón de nostalgia por ese mundo desaparecido (y que para la gente de mi edad, evoca   recuerdos de la infancia, fincas en los lugares más recónditos de Francia, Corrèze o Hautes Alpes). Siendo Pastor, de alguna manera, el fotógrafo oficial del Ministerio de la Agricultura (si bien entendí), la mayoría de sus fotografías eran documentales, pero supo sobrepasar esa misión y logró hacer composiciones elocuentes, estructuradas y muy interesantes estéticamente. 


Sobresalen las composiciones que resaltan los esfuerzos colectivos, pescadores alzando la barca o las redes sobre la playa, o acorralando atunes y levantándolos en sus barcas, mujeres transportando sal en las salinas, campesinos doblegados bajo los bultos de paja o alzando catedrales de bultos, vendimiadores subiendo las laderas del Duoro animados por un acordeonista, todas esas imágenes de ayuda mutua, de comunidad, de fuerza conjunta le dan a su trabajo una dimensión poética y social.


Por supuesto que sabe también hacer retratos admirables de hombres orgullosos, rudos, forzados y combatientes, y siempre observa la alegría campesina sonriente y amena. Por supuesto que sus nubes atormentadas, sus brumas marinas, sus composiciones casi abstractas de hileras de pescados secando en la playa o sus redes geométricas son también admirables. Bonitos paisajes rurales, raras vistas urbanas, excepto, y no es lo mejor (solamente en los Archivos) fotografías en color, en los años 90, transformaciones de Lisboa, en donde no se encuentran ni la calidad vibrante del blanco y negro, ni la inteligencia humana de las fotos sobre los oficios del campo y del mar.


*En medio de los pavos (uno blanco, como en las Borromées) y de niños jugando en los jardines del Palacio Pimenta. 


Llamado a candidatos : a alguien (voluntario) le gustaría traducir mi blog al portugués ? Voy a estar en Portugal por lo cual escribiré a menudo sobre las exposiciones en Lisboa, y, según el modelo de las traducciones del blog al inglés y al español, apreciaría si alguien estuviera interesado. Contactarme a lenot.marc@gmail.com.  Gracias. 

 
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lundi 7 juillet 2014

El artista no es un mono sabio (Lucio Fontana)

7 de julio de 2014 por Lunettes Rouges

El artista no es un mono sabio (Lucio Fontana)

(Artículo original en francés aquí)
Ugo Mulas, Lucio Fontana Attesa, 3, 1964
Lo más interesante de la exposición Lucio Fontana en el MAMVP (Museo de Arte Moderno de la ciudad de París) (hasta el 24 de agosto) es que presenta no solamente sus lienzos más conocidos, en torno del Concetto Spaziale, sino también la otra faceta de su obra, cerámicas y esculturas. Sobresale la manera como muestran el recorrido histórico y estético del artista (a pesar de la discreción sobre su adhesión entusiasta al fascismo), y nos permite ver mejor de que manera los huecos y laceraciones de sus lienzos eran, para él, una extensión del espacio pictórico, la apertura de otra dimensión : dicho esto, incluso si él se explicó un poco, se debe tener en cuenta la dimensión erótica de la hendidura, que se evoca en esta exposición gracias a sus poco conocidos dibujos de desnudos, y que son bastante reveladores.
Pero en lugar de hacerles un curso de historia del arte, quiero explorar un solo aspecto, a la vez mínimo y crucial. El catálogo de la exposición empieza con seis fotografías de Ugo Mulas de 1964 que muestran a Fontana trabajando en su taller, meditando ante el lienzo virgen (y la imagen de arriba, de gran formato, es también, la primera visión que tenemos al entrar en el Museo, antes de ver la obras), preparado para lacerarlo y luego haciéndolo.
El artista trabajando.

Ugo Mulas, Lucio Fontana Attesa, 1, 1964
Excepto que es falso, es espectáculo.
Mulas cuenta en su libro La Fotografía que Fontana no quiso que lo fotografiara en el momento en que laceraba el lienzo, pues le parecía que era demasiado espectacular y sobretodo molesto, pues le impedía concentrarse, y lo hacia ver como a un mono sabio (estoy parafraseando*) representando  un gesto trivial, como si, dijo más o menos, yo viniera todos los días al taller con traje completo (Fontana era un señor bajito, siempre muy elegante, trajes de buen corte, zapatos lustrados, bigote impecable, se le ve rara vez con blusa de trabajo manchada con pintura) lacerara algunos lienzos y volviera a casa. Recordemos que todos sus lienzos lacerados se intitulan "Espera". Mulas, que conocía y respetaba a los artistas, aceptó el rechazo de Fontana, y aquí tenemos una secuencia totalmente fabricada, en donde Fontana parece que meditara, parece que enterrara su cuchillo en el lienzo virgen, que luego reemplazan por un lienzo lacerado de donde parece que retirara su cuchillo. 
Una manipulación completa.

Ugo Mulas, Lucio Fontana Attesa, 4, 1964
Quizás para Mulas fue reveladora esa incapacidad del acto fotográfico de informar sobre la creación artística, quizás sea ello lo que le llevo al límite, él que en ese entonces era reconocido como uno de los mejores fotógrafos de artistas, y lo que lo condujo a interrogarse sobre la esencia misma de la fotografía y a producir sus Verifiche, cuestionando radicalmente por primera vez en la historia de la fotografía (al tiempo que Jan Dibbegs y John Hilliard) lo que es ontológicamente la fotografía.


Ugo Mulas, Lucio Fontana Attesa, 5, 1964
Sólo podemos oponer esta actitud a la vez respetuosa, introvertida, pero también simuladora de Mulas, con la obstinación de Hans Namuth para fotografiar y luego filmar a Jackson Pollock trabajando, hasta el extremo de desviar su trabajo haciéndolo pintar sobre un vidrio y no en el suelo, con el fin de filmarlo por debajo. Sabemos hasta que punto esa manipulación del artista para alcanzar una supuesta verdad de la imagen fue nefasta para Pollock, que, la misma tarde volvió a beber a pesar de que estaba en cura, e intentó romperle la cara a Namuth.


Photo (c) Filip Tas
Sin embargo, luego, para que la demostración quede imperfecta, descubrimos, por si tenemos la paciencia para mirar los vídeos, en un rincón de la exposición, una película de la televisión belga (del 3 de diciembre de 1962), entre italiano, flamenco y francés, en la que, el 12 de noviembre de 1962, Fontana, siempre impecable, en el apartamento del coleccionista flamenco Louis Bogaerts (que había organizado esta colaboración al proponérsela a cada uno de los artistas) en Knokke le Zoute, cerca de la frontera belga, oblitera (es verdad que no lacera) un lienzo, no de él sino del pintor belga Jef Verheyen, cómplice y presente. Sin gran meditación aparente puesto que justo antes el reportero lo entrevista, Fontana se concentra durante 40 segundos, ensaya en silencio el gesto que va a ejecutar, y luego en 20 segundos como en un violento fulgor, baila ante el lienzo y lo oblitera, con un gesto elegante y como deportivo (la torsión de su cuerpo recuerda la del antiguo discóbolo) que los juegos de sombra acentúan de forma muy estética. La luz, la violencia del gesto evocan una película de cine negro, una escena de crimen. Es más bien un gesto de escultor que de pintor, que evidencia su formación, y marca su transgresión, su negación de la pintura. 


Lucio Fontana et Jef Verheyen, Le Jour, 1962, 211x140cm
El cuadro del que hablamos se intitula Le Jour, y se puede ver en la Galería Tornabuoni hasta el 20 de julio. Es un gran lienzo dorado, que, se diferencia de los monocromos pintados por Fontana porque no es totalmente liso, ni inexistente pictóricamente : se pueden distinguir trazos, huellas de pincel, variaciones de textura, de espesor, de claridad, de formas subyacentes. Va puncionada por 18 huecos : los nueve primeros creciendo, cada vez más fuertes, cada vez más violentos. El décimo al contrario, pequeñísimo parece un descanso, una respiración. Los últimos son más irregulares, la curva, hasta ahí impecable se vuelve vacilante. El lienzo había desaparecido y fue el galerista quien lo encontró al igual que la película.


Captura de pantalla, del autor
Esta pequeña película de actualidades es, según parece, el único testimonio visual de Fontana en acción. Qué deducir? Que está jugando? Que dos años después delante de Mulas se habría vuelto desconfiado? O más reflexivo? Que el lugar, el apartamento de un coleccionista y no su taller, y sobretodo el hecho de que no sea su obra sino la de Verheyen, por lo tanto una obra colectiva, lo "relajan", y reducen su moderación ? No lo sé, es un bonito enigma.


*Mulas transcribe así las palabras de Fontana " no podría hacer una de esas grandes hendiduras con alguien moviéndose a mi alrededor. Siento que si hago una hendidura de ese modo, sólo para la foto, sin duda no será ... no es seguro que no salga bien, pero no me gusta hacerla delante de un fotógrafo, o de cualquiera. Necesito una gran concentración."

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