jeudi 23 février 2017

¿ El arte (portugués) comienza en 1965 ?

20 de febrero de 2017, por Lunettes Rouges


(Articulo original en francés, aquí)



Joaquim Rodrigo, SA Estaçao, 1961





Interesante iniciativa la del Museo del Chiado : percibido como un museo típicamente del siglo XIX y ha elegido presentar actualmente en sus colecciones obras de los siglos XX y XXI, con el título "Vanguardia y neovanguardia" (hasta el 17 de junio). Y me arriesgo a escandalizar a mis amigos portugueses, pero en esas salas, hasta 1965, me aburro profundamente : no porque el futurismo, el cubismo, el surrealismo, la abstracción, sean movimientos que descuido, muy al contrario. Pero aquí sólo veo adaptaciones, repeticiones, imitaciones; busco en vano una creatividad que me perturbe y me entusiasme, y no veo sino obras agradables, bien hechas, que captan bien lo que se juega en cada movimiento, pero nada que sobresalga (en las salas vecinas, una exposición de gran alboroto sobre Amadeo de Souza Cardoso, "el artista más grande del siglo", revelación demasiado desconocida, y que, como en el Grand Palais, no logro sacar del segundo plano). ¿ Parisino-centrismo que desprecia el provincialismo seguidor ? Puede ser, pero por ejemplo, no siento la misma sensación de ya visto ante los artistas italianos del mismo periodo. 






Joaquim Rodrigo, Lisboa Oropeza, 1969




En esas cuatro primeras salas únicamente fui indulgente con Joaquim Rodrigo, quien, en lugar de mirar hacia Paris, se inspira de pinturas murales angoleñas y de arte aborigen y crea lienzos gráficos, sencillos y potentes, usando solamente rojo, ocre y amarillo, colores de la tierra. Notemos de paso que Vieira de Silva, está totalmente ausente de esta retrospectiva, su nombre ni siquiera aparece.





Helena Almeida, Pintura habitada, 1974





En cambio, el último tercio del siglo es deslumbrante : incluso antes de la caída de la dictadura (¿habrá alguna relación? sin duda) aparecen artistas que hacen obra creadora, que se destacan, se inventan un lenguaje propio en lugar de detallar el de las élites parisinas o estadounidenses. Primero Lourdes de Castro y sus amigos exiliados del grupo KWY (tres letras que entonces no existían en portugués), sus investigaciones bastante originales sobre la sombra y la letra. Helena Almeida y su implicación corporal en la frontera de la fotografía y la pintura. Juliāo Sarmento y su fascinación elegante por el deseo, Pedro Cabrita Reis y su dominio de la ocupación del espacio, Jorge Molder y su enumeración melancólica del autorretrato. Cada uno de ellos se inscribe, claro, en el arte contemporáneo del mundo, pero cada uno es único, cada uno inventa su estilo, cada uno tiene sus argumentos propios y no una importación de modas extranjeras (veamos de paso que Joana Vasconcelos no está representada tampoco...).





Ana Pérez-Quiroga, Detesto estar gorda, cómame por favor, 2002



Ana Pérez-Quiroga, Detesto estar gorda, cómame por favor 2002, detalle





Para terminar, una última sala muestra artistas más jóvenes pero igual de 
originales : entre otros, cito solamente a Vasco Araújo y su interrogante sobre el género, Ângela Ferreira y su cuestionamiento político del espacio, Jose Pedro Croft y su dominio escultural vernáculo, Joāo Pedro Vale y su humor mordaz sobre la masculinidad, o Ana Pérez-Quiroga con una magnífica obra feminista que denuncia el colectivismo burgués. Otras más jóvenes todavía no están ahí aún : AnaMary Bilbao, Joana Escoval, Valter Ventura (que expone solo en la planta baja y sobre quien escribiré pronto) y otros, pero no tardaré en hacerlo. Dicho esto, me parece que una buena parte de la generación joven se ubica en la misma postura imitativa que sus ancestros de hace un siglo : de galería a centro de arte, veo aquí tantas obras minimalistas y formales que toman sin distanciarse todos los códigos en vigor en Chelsea o Belleville y en los cuales me es difícil encontrar la mínima originalidad.


Este es un punto de vista parcial, nada despectivo sino curioso, que no pretende buscar acuerdos y que sin duda irritará, pero esta exposición me ha dado la oportunidad de cristalizar las impresiones (mucho más que juicios insolentes) que tengo desde hace dos años y medio sobre el arte del pais que me adoptó.



Disfrute y comparta




Aucun commentaire:

Enregistrer un commentaire