mercredi 13 janvier 2016

De San Pablo a Oporto (y de Jerusalén a San Pablo)

01 de enero de 2016, por Lunettes Rouges




(Artículo original en francés, aquí)





Qiu Zhije, Maps, 2015 (detalle)



Actualmente se están presentando en Oporto en la Fundación Serralves cierto número de obras de la última Bienal de San Pablo (hasta el 17 de enero). Es un conjunto bastante deshilvanado, pero es inevitable, y el título que incluye de todo lo justifica. Hay algunas obras espectaculares como los mapas de Qiu Zhije, mezcla de tradición de la cartografía china y de imaginario topográfico moderno. Muchas obras políticas cuya mayoría toma formas bastantes banales, vídeos testimonio, reconstituciones pomposas, paredes enteras con carteles. Si los consejos de Gabriel Mascaro para los policías infiltrados en las manifestaciones hacen sonreír (¡cambien de zapatos!), si vemos de nuevo y con placer obras antiguas de Cildo Meireles (Zero dollar) o de Leon Ferrari (Petición para abolir el infierno), no se ven realmente sino dos instalaciones de ese tipo, ¿ el vídeo  multi-ventanas del colectivo Chto Delat ? su forma discursiva es innovadora pero el argumento parece convencional, pero veamos sobre todo el laberinto visual de Voluspa Jarpa




Voluspa Jarpa, Historias de aprendizagem, 2014



A partir de un material que ni en sueños, documentos desclasificados de los servicios secretos brasileños y estadounidenses, la artista chilena supo evitar la dificultad y no es una presentación didáctica banal : realizó transparencias, fantasmas de esos documentos en plexiglás transparente y los dejó flotando en el espacio. Nos toca a nosotros tomarnos el tiempo para intentar descifrarlos ya que las letras son ahora translúcidas, que las palabras se nos escapan en el aire, que buscamos desesperadamente un fondo oscuro para poder apoyarnos y leer este informe de la CÍA o aquella nota diplomática. Pero no hay fondo, no hay punto de referencia, no hay lectura fácil, no hay visita guiada, no hay pensamiento premolido, no hay listo para consumir. Esta instalación está a diez mil leguas por encima de sus vecinas. 




Yael Bartana, Inferno, 2013 




Yo esperaba muchísimo de la película Infierno de la israelí Yael Bartana por quien me intereso desde hace casi diez años y cuya trilogía polaca me había gustado mucho; pero esta vez me decepcionaron tanto la forma como el fondo. Resumamos el argumento : el Tercer templo es reconstruido y va a ser inaugurado.. pero en San Pablo. Tenemos (infortunadamente) menos peculiaridades de lo que creeríamos desde un principio : cierta Iglesia Universal del Reino de Dios (secta pentecostal  entre las más prósperas) construyó allá realmente el Templo de Salomón, incluso importaron piedras de Jerusalén! con un costo altísimo. La película de Bartana, un "pre-enactement" (digamos una utopía/ucronía), muestra la inauguración de ese templo, y durante esa inauguración, su destrucción por un incendio. Kitsch, es la primera palabra que se le ocurre a uno viendo esta película con parroquianos tan hermosos y "cool", un obispo andrógino tan carismático (en realidad un drag queen conocidísimo en Brasil), la menorá  y el arca llegando por helicóptero, una música tan conmovedora, una felicidad de los fieles tan a la Hollywood, y el breve trabajo de los maquilladores para figurar muertos y heridos.. Bueno esa puesta en escena gran guiñolesca hubiera podido funcionar si hubiera servido un buen argumento : Bartana hubiera podido interesarse por el mito religioso (así como pudo hacerlo con le mito sionista en muchas de sus películas anteriores), hubiera podido trabajar sobre la creencia y la credibilidad, más políticamente, sobre el mesianismo de los evangélicos y su apoyo sin condición a Israel, hubiera podido poner en trasfondo las dinámicas de poder inherentes a toda religión, hubiera podido desmontar los mecanismos histórico-passeistes que fundan las relaciones de poder y de dominio en su país y la instrumentalización de la arqueología para ponerla a su servicio y la reconstitución histórica orientada; hubiera podido aclararnos las divisiones internas que condujeron a la caída de dos otros Templos y su pertinencia actual, en fin, hubiera podido llevarnos sobre tantas pistas de reflexión sin necesariamente hacer una película temática (ya ha demostrado que sabe hacerlo muy bien). Pero aquí no tenemos nada de todo eso, únicamente escenas de grandes cantidades de gente filmadas amablemente y esta frase de la artista que rechaza comprometerse más allá de la constatación banal : "este intento de crear un realidad utópica lleva en sí su propia destrucción". Decepcionante. La menorá es salvada de las llamas pero la artista parece haberse caído en un pantano. Esperemos para ver su próximo proyecto...



Fotos 1 & 2 del autor



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