jeudi 5 mars 2015

El decorado italiano, de Bernard Plossu

18 février 2015, par Lunettes Rouges

(artículo original en francés, aquí)



Bernard Plossu, Toscane, 1997


A Bernard Plossu le gusta Italia (exposición en la MEP (Casa Europea de la Fotografía) hasta el 5 de abril), está familiarizado con el país, según sus imágenes va a menudo, parece que prefiere el Sur al Norte y las islas al continente, y sobretodo, hay tal inteligencia de los lugares que sus fotografías capturan a la vez lo típico y lo extraño, la italianidad y la diferencia. La colina aquí arriba es típica de Toscana, una región con formas suaves habitadas desde hace miles de años, una civilización rica por su anclaje en la tierra, viñedos y un ciprés en la cima, y el camino en curva que invita a pasear. Por haber recorrido esos paisajes en los últimos años, sólo con la contemplación de esta fotografía me siento transportado, y pocas fotografías lo logran. Los paisajes atraen más a Plossu que los monumentos : aquí pocas tarjetas postales de palacios o templos, más bien lugares raros, íntimos.



Bernad Plossu, Italia, Isla de Capraia, 2014


Decía que lo atraen las islas, incluyendo Sicilia, las islas representan casi una imagen de cada tres en la exposición : Ventotene, Capraia (aquí arriba, sombras geométricas y colores pastel suaves revelados por Fresson), Capri, Panarea, Lipari, Giglio (infortunadamente todavía desconocida), Vulcano, Marettimo (en donde reconozco una casa en donde me recibieron), Stromboli (y el señor que rema es el padre de una amiga...), Procida, Lipari, Maddalena (cuatro uniformes blancos en la noche), Filicudi, Elbe, todos esos mundos entre cielo y mar, todos esos micro universos percibidos un instante, durante una escala o un corto momento de ocio, y en donde uno se sorprende soñando que se queda. Todo ese ensueño se encuentra en las fotos de las islas de Plossu.



Bernard Plossu, Italie, Matera, 2011


El contraste es grande con sus vistas del Norte, edificios, trenes, fábricas, que apenas alegran las orillas de los lagos y la montaña nevada. No, mejor quedémosnos en el sur, por ejemplo en Matera, ciudad milagro, ciudad troglodita, ciudad pasoliniana : fotografía inclinada de una iglesia barroca, como para acentuar la torsión del cuerpo del jugador de balón en el centro.



Bernard Plossu, Maria Luisa Olgiati, Milan, 2009


Si esta foto atrae, es porque los humanos son raros en las fotografías de Plossu:
¿le gusta más Italia que los italianos? son raras las personas identificables (fuera de una serie de retratos formales de cinco fotógrafos y de una historiadora de la fotografía), la guía de la casa de Modigliani de Livorno con manos tan expresivas como las de los modelos del pintor, un noble notable de Palermo con traje cruzado, y la encantadora María Luisa Olgiati, de quien no sabremos nada y que posa entre dos coches, consciente de su belleza. De lo contrario se ven muchedumbres borrosas, sombras, siluetas, personajes como fundidos en el paisaje, o el brillante zapato de charol de un hombre de negocios milanés que se quedó en la sombra. Puede que para Plossu Italia sea tan sólo un decorado, un decorado maravilloso, y los personajes no logran estar a la altura del marco que los recibe. 



Patrice Calmettes, Finca


Entre las otras exposiciones de la MEP, pasaremos más rápido por las series de Grégoire Korganow cuya obra de contralor de los lugares de privación de libertad le permitió realizar una serie bien documentada sobre las cárceles, reportaje social en el que sobresale la inhumanidad y los tratamientos indignos; de él, también, retratos de padres e hijos, desnudos, juntos. En cuanto a Patrice Calmettes, más que sus retratos bastantes conformes de hombres jóvenes a la von Glöden, nos quedamos más bien con sus volúmenes arquitecturales muy bien compuestos, de un blanco vibrador. 



Eric Rondepierre, Convulsion, série Moires, 1996-98, 70x105cm



Hay que ver sobretodo a Eric Rondepierre, por su trabajo meticuloso sobre los intervalos del cine : las imágenes negras, los textos borrosos ocupan la pantalla, las pausas entre dos imágenes de la película, las imágenes deterioradas, corroídas, accidentadas, perturbadas, que recoge y cataloga con cuidado en su proceso de "retoma de la vista". Son imágenes parásitas que nunca habíamos visto y que nos exhibe, ya sin ninguna relación con la historia contada por la película del principio. Hoy sigue trabajando en numérico (accidente de difusión, y también incrustaciones hechas a propósito). Esta exponiendo (hasta el 1 de marzo en la Maison Bernard Anthonioz) pero yo no creo que pueda ir.

Photos 2, 3, 5 & 6 courtoisie de la MEP.

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